¿Qué es la imaginación?
La
imaginación es un proceso psicológico superior que
permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin
de crear una representación percibida por los sentidos de la mente. Esta
representación (intrínsecamente generada) significa que la información se ha
formado dentro del organismo en ausencia de estímulos del ambiente. En lo que
respecta a sentidos de la mente, son los mecanismos que permiten ver un objeto
que se había visualizado previamente pero que ya no se encuentra presente en el
ambiente. Cabe aclarar que cuando se imagina no se reduce solo al sentido de la
visión, sino también a otras áreas sensoriales.
En
el sentido anterior la imaginación tiene semejanza con el proceso de percibir.
No obstante, la primera no se limita a la segunda. La imaginación es un proceso
más abstracto, esto es, que no necesita de un objeto presente en la realidad
(en ese instante), ella se sirve de la memoria para manipular la información y relacionarla
de formas que no dependen del estado actual del organismo. Es decir, la
imaginación toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma
en nuevos estímulos y realidades.
¿Cómo trabaja la imaginación
de un niño pequeño?
Como
el niño está aprendiendo a hablar, puede
ser difícil saber lo que está pensando, pero se puede ver cómo trabaja su imaginación cuando imita
las cosas a su alrededor, un comportamiento que inicia entre los 18 y 20 meses
aproximadamente. De esa forma empezará a
imitar lo que hacen las otras personas, y querrá alimentar a su muñeco de
peluche, o ponerlo a hacer la siesta.
Por ejemplo:
Cómo
la imaginación del niño o la niña ayuda a fortalecer sus habilidades. Una
imaginación activa ayuda a tu hijo mucho más de lo que podrías imaginar.
-Comunicación: Los niños que juegan con la imaginación o
escuchan muchos cuentos de hadas o historias tienen a tener mejores habilidades
de comunicación. Puede que no vea los frutos de esas actividades hasta que el
vocabulario de los niños empiece a manifestarse, pero está sentando las bases.
-Auto-control: Al pretender que es otra
persona, el niño o la niña puede ser
quien quiera, explorar emociones negativas, practicar cosas que ha aprendido, y
hacer que las situaciones se desarrollen como él quiere. Jugar a historias le
da a tu hijo el sentido de que tiene poder y control, incluso en situaciones
que podrían dar miedo como el cuento de los tres cerditos y el lobo.
-Resolver problemas: Soñar con situaciones imaginarias enseña a
tu hijo a pensar creativa-mente lo que es una base para solucionar problemas. Un
estudio en la Universidad de Case Western Reserve encontró que los niños que
jugaban mucho con la imaginación tenían mejor respuesta de mayores a problemas.
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